Golden Milk Latte
No sabía si compartir esta receta ya que me parecía bastante sencilla, y siempre intento compartir recetas un poco más elaboradas…pero cada día me doy cuenta que cuanto más sencillo mejor. Simple Food at its best! Como me ha dicho de forma muy cariñosa una persona en los comentarios, «en la sencillez y en las pequeñas cosas reside la grandeza».
Se trata de un Golden Milk Latte, una leche vegetal caliente a base de cúrcuma y demás especias, con propiedades curativas.
Antes de compartir la receta, quería contaros un poco más de mi y de este blog. Porque empezé este blog….pues bien, empecemos por el principio.
Nací prematura, con 7 meses con listeriosis, una bacteria transmitida por un alimento no pasteurizado que mi madre ingerió. Tuve mucha, mucha suerte, ya que los fetos afectados por esta bacteria antes de los 4/5 meses no son viables. Yo llegué. Estuve el primer mes de mi vida en una incubadora, con un chute bestial de antibióticos, sin contacto de piel con piel de mi madre, sin leche materna y con tubos conectados a mi cuerpo. Los médicos le dijeron a mi madre, «no sabemos como evolucionará, obsérvela….quizás se quede con secuelas neurológicas o intestinales…no sabemos». Estoy muy agradecida, porque a pesar de que he tenido muchas dolencias intestinales, estoy sana y estoy aquí. Recuerdo mi infancia y adolescencia en silencio, con dolores de tripa, tímida, retraída, con problemas de piel, con la tripa hinchada, cansanda, siempre con ganas de dormir, con muchos cambios de humor, sensible y con poca gente que me entendiese. Celiaquía, vitíligo, piel atópica, colón irritable, intestino permeable….un sinfín de problemas autoimnunes debido a un sistema inmune por los suelos. Pasé una fase de bulimía nerviosa. La comida, que es sinómino de gasolina, de energía, de bienestar, una necesidad básica que se supone te hace sentir bien, era mi peor enemigo. Comer es un proceso básico de nuestro organismo, de supervivencia. Y cuando este proceso se ve alterado, todo se desajusta. Comía lo que comía, yo me encontraba fatal, hinchada, sin energía y con unos dolores interminables…ha sido un proceso largo, pero a día de hoy puedo decir que he encontrado mi bienestar digestivo, emocional y físico gracias a la comida. Una comida real, sin procesar, natural, sencilla, orgánica…que ahora si es sinónimo de bienestar, ya no es mi enemigo sino mi aliado.
Imagino que los que nos dedicamos al mundo de «la comida», habremos llegado por diferentes motivos, caminos….pero nos une el buscar respuestas a un malestar interno. Buscar respuestas para encontrarnos mejor, con energía y motivados. No por algo dicen que el intestino es nuestro segundo cerebro.
Para mí, no es fácil compartir tanto de mi, porque me expongo y saco a la luz mi historia, pero de alguna manera quizás esto ayude a otras personas a encontrar esas respuestas, que a veces cuesta encontrar en un mundo lleno de prejuicios, demasiado superficial, donde todo va muy rápido y donde hemos perdido la capacidad de escuchar nuestro cuerpo.
El otro día oí una expresión que me encantó. La he hecho un poco mía, sería algo como «me gustaría que siguieras a mi lado, mientras yo sigo buscando mi camino a través de mi visión de la cocina».
Este Latte es un remedio ayurvédico. La cúrcuma tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Dicen que más allá de ser una bebida nutritiva, también una bebida «espiritual» que comparten los que meditan.
A mi, me encanta tomarlo calentito, a sorbos y disfrutar de cada uno de ellos. Lo preparo con leche de coco, aceite de coco, cúrcuma, jengibre y cardamomo en polvo, dátiles o miel y con un toque de canela.
¿Te apuntas a un poco de self love con este Latte?
GOLDEN MILK LATTE
Para 1-2 personas
- 1 + 1/2 cups / 375 ml. aprox. de leche de coco (u otra vegetal que prefieras, recomiendo de almendra o de avena, si son caseras ya sabes que mejor que mejor)
- 1.5 cucharadita de cúrcuma en polvo
- 1/2 o 1 cucharadita de vainilla en polvo
- 1/4 cucharadita de jengibre en polvo
- 1/4 cucharadita de cardamomo en polvo
- 1 cucharadita de aceite de coco
- toque de pimienta (opcional) (pero ayuda a absorber mejor la cúrcuma)
- 1-2 cucharadas de sirope de arce, o miel cruda o 2 dátiles para endulzar
Pon en una olla la leche con los ingredientes y calienta unos minutos a fuego medio, intentando que no hierva.
Mezcla para que todos los ingredientes se incorporen a la leche. Cuando consideres que esté caliente, vierte en una batidora y licúa unos 30 segundos a alta velocidad hasta que tengas una textura cremosa, con espuma!
Vierte en una o dos tazas, y decora con un poco de canela.
Deja una respuesta