Albondigas de lentejas y espinacas & co
El tiempo es relativo, pero por dos motivos, estos días me he dado cuenta que el tiempo ya no me pertenece. Después de pasarme ayer literalmente 24h en el aeropuerto de NY esperando a poder volar, me tuve que conformar y esperar al que tiempo pasase. Ahora mismo, os estoy escribiendo desde el aeropuerto, sentada en el suelo con 16% de bateria, esperando poder avanzar un poco con mi To Do list.
Este finde he cumplido uno de mis sueños como «food stylist» que quiero llegar a ser y he hecho un workshop con Aran Goyoaga en el studio de Sunday Suppers. Todas mis expectativas se han superado una vez llegados allí. El studio es un sueño de cualquier amante de la cocina, la luz es maravillosa y Aran es dulce, talentuosa, honesta y directa. Después de dos días intensos aprendiendo sobre el control de la luz, la contaminación de los colores, composición, el proceso del estilismo, post-producción y un poco de la profesión de un estilista gastronómico, me encuentro bloqueada en el aeropuerto. Un día perdido entre aviones, queriendo avanzar con una lista interminable de cosas que hacer y el tiempo parece haberse parado.
Hace unos días, me hicieron una entrevista sobre maternidad y cocina que saldrá pronto y me preguntaban lo que más he aprendido al ser madre o lo que más ha cambiado al ser madre. Y creo que lo más ha cambiado es la gestión de mi tiempo. Ahora mismo, el tiempo no me pertenece. No puedo ser más feliz siendo la mamá de Elliot y Lou, pero mi tiempo y libertad de alguna manera está limitada, por el momento que estoy viviendo, a las necesidades de ellos. A veces puede ser muy frustrante y limitante, ya que como adulta quiero hacer mil cosas, y al final me digo que lo que más me han enseñado Elliot y Lou es estar en el AHORA y en el AQUÍ.
Por lo tanto, mientras no pueda tener más control sobre mi tiempo, dejaré de preocuparé y haré como Little Elliot y Miss Lou e intentaré saborear el presente que me toca vivir.
Toda esta introducción para explicaros el porque de esta receta. Estas albondigas de lentejas y espinacas no hacen milagros, pero si os ayudan a tener un poco más de control sobre nuestro tiempo. Las preparas y tienes un montón de posibilidades para crear un plato delicioso, sabroso y rápido de hacer.
Siempre hablo del Batch Cooking últimamente (ver este post) pero es justamente una herramiento para poder disfrutar más de nuestro tiempo! Dedica un o un par de días a cocinar alimentos en más grandes cantidades para poder preparar platos caseros, fresco, sanos en poco tiempo! Yeah! En este caso, aprovechando que tenías un montón de lentejas tipo beluga – caviar – pardina cocidas, preparé estas mini albondigas que a parte de estar riquísimas son super versátiles, como os enseño en las fotos. También para añadir un poco de proteína a una ensalada.
Las puedes comer en un wrap con verdes, boniato y cebolla asados, huevo poché, germinados y la salsa de cúrcuma-tahini que compartó más abajo. También sobre una crema onctuosa de calabaza. O bien con un salteado de verduras con tomate y aceitunas. O para acompañar un puré de patatas! 1 plato = mil combinaciones, ah que mola?
Las albondigas están hechas con lentejas cocidas, huevo, parmesano, espinacas, cebolla y copos de avena, y en casa con Lou y Elliot arrasan! Las puedes preparar en sartén o bien al horno, si las haces en sartén quedan un poco más crujientes.
Puedes guardar masa hecha en la nevera en un tarro hermético unos 3 días o bien con las albondigas ya en forma redonda.
Si todavía no estás super animado por probarlas, te propongo una salsa increíble a base de tahini y cúrcuma que tiene un color maravilloso.
Albóndigas de lentejas y espinacas
Para unas 20 albóndigas
2 cups – 150 gr aprox de lentejas cocidas (yo uso las tipo beluga o caviar)
1 o 2 huevos orgánicos
1 cebolla pelado y cortada en rodajas finas
1 diente de ajo pelado y laminado
1 puerro (opcional, pero funciona) limpio y cortado en rodajas finas
1 manojo grande de espinacas (frescas o congeladas) (o acelgas o kale)
2 cucharas de perejil o cebollino picado
1/4 cup / 60 ml de parmesano rallado (se podría sustituir por 2 cucharas de levadura nutricional)
1/2 cup / 125 ml de ricotta / se podría sustituir por crema de avena para una versión vegana
pizca de sal
pimienta
1/4 cucharita de pimentón ahumado (opcional)
3/4 – 1 cup / 90-100 gr de copos de avena
Para la salsa de tahini & cúrcuma
1/2 cup – 125 ml de tahini
2 cucharas de zumo de limón o vinagre de manzana
1 cuchara de sirope de arce
2 cucharitas de cúrcuma en polvo
1/2 cucharita de jengibre en polvo (opcional)
agua
pizca de sal
Para las albóndigas, pon las lentejas en tu procesador y procesa unos segundos, solo un poco.
Cocina en una sartén con un poco de aceite de oliva o de aceite de coco, el ajo y la cebolla trozeados. Dora unos minutos y añade el puerro trozeado y dora unos minutos hasta que estén translucidos y cocinados. Deja enfriar y añade en el procesador con las lentejas y la espinaca. Procesa solo un poco porque no queremos la consistencia de puré, sino queremos que queden trozitos.
Pon en un bol y añade los huevos, la ricotta, el parmesano, sal, pimienta, pimentón ahumado y los copos de avena. Mezcla bien. Deja reposar unos 20 minutos en la nevera. Forma bolitas con las manos.
Puedes cocinarlas en una sartén con un poco de aceite de oliva o de coco, dorándolas unos minutos de cada lado. O bien al horno, a 190ºC unos 20 minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción.
Para la salsa, pon todos los ingredientes en tu batidora hasta tener la consistencia deseada. Añade un poco de agua, empieza poco a poco hasta tener una textura cremosa de «salsa». Guarda en un tarro hermético en la nevera.
Sirve con un puré de patata, sobre una crema de calabaza o boniato, en un wrap con verduras y germinados, en una ensalada con kale y manzana, o con un salteado de verduras y tomate.
Si quieres saber más sobre el batch cooking y todos sus beneficios, te dejo aquí esta página para que los descubras.
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