Machu Picchu + Un bowl de pancakes
Me ha costado escribir este post. Hacía ya semanas que pensaba en escribirlo y no sabía muy bien cómo empezar. Escribir nunca ha sido algo que me gustaba hacer. De pequeña, me acuerdo que en el colegio nos ponían unas redacciones llamadas dissertations. Bufff, como me costaba escribirlas….llegaba a casa ya angustiada, me sentaba delante del papel en blanco y nada. Nunca venía la inspiración. Podían pasar horas, nada. Y claro cuanto más pasaba, más nerviosa estaba y más me autoconvencía que yo no era capaz de hacer aquello.
El poder de la mente es muy fuerte. Si te autoconvences de que no puedes hacer algo, es imposible que te salga o salga bien. Nos dejamos llevar a veces por esos pensamientos autodestructivos, convenciéndonos que no podemos hacer más, ser mejores, avanzar, etc. Son nuestros peores enemigos.
Pues aquí estoy escrcibiendo hoy sobre nuestra mini escapada a Machu Picchu. Este viaje ha sido emocionante y agotador. Hemos vuelto con muchas emociones enfrentadas. Necesitábamos tanto escapar de Lima y estar allí arriba rodeados de naturaleza, que a la vuelta nos parecía que hubíesemos imagino este viaje, que no fue realidad.
Viajar con Baby Elliot ya esta siendo una rutina desde que llegó. Con un mes, él y yo viajamos de Barcelona a Madrid. Luego de Madrid a Lima. Después de unos días, nos fuimos con mi chico y Baby Elliot a Miami.
Unos meses más tarde a Buenos Aires. Baby Elliot es un viajero todoterreno! Eso sí, gracias a la bufanda BOBA y a esta mochila Manduca, los viajes se hacen más fáciles. Vuelves un poco más dolorida de la espalda, pero vale la pena! Viajar es algo que nos gusta a los dos y queremos inculcarlo desde pequeños a nuestros hijos. Creo que viajar y conocer mundo es el mejor regalo que te pueden hacer. Intentamos mostrarle a Elliot todo lo que nos gusta…
En este viaje, solo teníamos 4 días por lo tanto fue agotador, ya que estuvimos casi más tiempo en un modo de transporte que sin hacer nada. De Lima a Cusco, un avión. De Cusco a Ollantaytambo un coche. De Ollantaytambo a a Aguas Calientes un tren. De Aguas Calientes a Machu Picchu un bus! Argh!! Hay que decir que Baby Elliot es un amor y se queja poquísimo y en nada se queda dormido!
El día que nos fuimos, me llevé platanitos, un batido, unas trufas de dátiles, rice cakes y un granola de cacao y quinoa pop. Así me aseguro que tengo comida para el avión, y para el camino. También, en los hoteles puedo desayunar el granola con fruta fresca y pregunto si me pueden licuar plátanos con agua para tener leche para el bol.
Siempre intento estar preparada porque sé lo frustrante que puede ser tener hambre y ver que no puedes comer nada….
Los 4 días pasaron volando, pero el hecho de estar rodeados de pura naturaleza y respirar aire limpio fue lo mejor! Tenemos la necesidad de estar cerca de verde, de bosque, de montaña, de mar….de naturaleza para sentirnos bien. Es algo que hecho de menos y cada día que pasa, noto que lo necesito para estar bien. Durante este viaje, lo vimos muy claro, y de ahora en adelante, elegiremos nuestro próximo destino en función de estar cerca de naturaleza.
Lo que más nos gusto, claro a parte de Machu Picchu, fue Valle Sagrado. Un espacio tan grande, tan verde, tan bonito, sientes que estas en medio de la nada pero al mismo tiempo tan conectado con lo más importante. Me hubiese perdido por alli unos cuantos días….
Si teneís pensado ir a Machu Picchu, os aconsejo si podéis coger el primer bus que sube. ¡Ver ese lugar mágico con las primeros rayos de sol es increíble! Llegamos allí arriba y todavía hacía de noche y mucho frío. Creo que Elliot estaba durmiendo en la mochila. Después de unos minutos, salieron los primeros de sol y Machu Picchu se iluminó! Wow! Y Elliot se despertó! La verdad fue mágico el poder estar allí los 3. Cuando estás en un sitio tan espectacular y mágico con la gente que quieres se para el tiempo. Es cuando te das cuenta del verdadero valor del aquí y el ahora, y de disfrutar lo que más puedas de ese instante.
Como os decía fue agotador, pero cuando viajas con niños o bebés, viajas a otro ritmo…te adaptas a su ritmo y necesidades. Pero siempre siempre vale la pena. Tengo la sensación de que en los viajes, los bebés crecen…vuelves a tu rutina, a tu casa, y lo notas más espabilado.
Como os decía al principio nuestros pensamientos pueden llevarnos al lado oscuro (jeje), por eso la predisposición que podemos tener ante una situación, trabajo, evento, etc es decisivo. Fuimos a Machua Picchu con los ojos bien abiertos y la mente en blanco. Volvimos lleno de energía y las pilas cargadas para más aventura como esta!
Pancakes…..porque las mañanas están para disfrutarlas, sin tiempos, ni normas, ni horarios. Las preparé este lunes. Me encantan los desayunos. Pienso que es la comida más importante del día y que si uno empieza el día con un mega desayuno pocas cosas pueden salir mal…me encanta levantar un poquito antes (si Baby Elliot no se despertado todavía) y empezar a preparar el desayuno. A veces investigo un poco en Instagram o Pinterest para tener inspiración, a veces estoy en la cama la noche anterior pensando en el desayuno del día siguiente o a veces es la inspiración del momento.
Pues pancakes como os decía….nunca he sido una persona de pancakes porque los asociaba a algo no muy sano. Pero claro desde que he descubierto este nuevo mundo, los pancakes son mis aliados! Sobretodo porque son fáciles de preparar y porque Baby Elliot los puede coger con las manos y comérselos solos!
*compra local y/o orgánico dentro de tus posibilidades
Pancakes de fresas con mantequilla de avellanas y cacahuete
para 8 pancakes (dependiendo del tamaño)
Para los pancakes
1 cup / 140 g harina de arroz
pizca de sal
1 cucharadita de canela
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1 cucharada de coco rallado
1 cucharada de panela (azúcar moreno no refinado)
1 huevo
1 cup / 250 ml de leche de almendra (o de avellanas)
1 cucharada de aceite de coco derretido
Para la mantequilla
1 + 1/2 cup de cacahuetes crudos
1/2 cup de avellanas crudas
Mezcla los ingredientes de los pancakes en un bol mediano hasta obtener una masa lisa y homogénea. Puedes usar un tenedor o un batidor manual.
Calienta una sartén con una cuchara de aceite de coco, vierte 1/4 cup de masa (puedes hacerlas más o menos grandes), dora 1 a 2 minutos, dale la vuelta y repite el proceso hasta que se acabe la masa.
Sirve los pancakes con fresas (por ejemplo) y mantequilla de nuez (receta a continuación).
Para la mantequilla de cacahuetes y avellanas, pon los frutos secos en una bandeja de hornear y hornea durante 15 a 20 minutos a 160ºC. O bien (como hizé yo, ya que sigo sin horno, para mi es una tragedia…) pon los en una sartén antiadherente y dora unos 10 minutos a fuego medio vigilando que no se quemen.
Deja enfriar unos 5 minutos. Vierte los frutos secos en tu procesador y procesa unos 15 minutos hasta que los cacahuetes y las avellanas hayan soltado su grasa y se hayan transformado en mantequilla. Si quieres lee este post donde sabrás más sobre cómo prepararar tus mantequillas de nueces.
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